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Dominando el lago de Constanza, en un elegante palacio en medio de un gran jardín, vivió el último emperador de Francia. En lo que hoy es el museo de Napoleón, la construcción se ha mantenido intacta, pero los jardines han sido restaurados recientemente.

La laberíntica fortaleza al borde del casco viejo de Zug es el edificio civil más antiguo conservado de la ciudad de Zug y una de sus insignias. Desde 1983, el Museo de Historia de Zug está alojado en la fortaleza.

La Tessanda (tejeduría manual) Val Müstair cuenta hoy de 18 telares y 8 empleados.

En el singular entorno arquitectónico de esta pequeña localidad y en los museos de Werdenberg pueden revivirse 800 años de historia.

Con sus tres edificios, el Museo de Historia de Basilea está considerado como el museo de historia cultural más importante del Alto Rin. Recoge, conserva, documenta e investiga testimonios relevantes del patrimonio cultural para las generaciones futuras, transmite la historia de Basilea a los visitantes y es también un lugar de debate sobre el presente y el futuro.

El museo «Ô Verger d’Ajoie» ofrece una inmersión en el proceso de fabricación del eau-de-vie a través de actividades interactivas y multisensoriales, tanto en el interior del museo como en el exterior, en los huertos.

Con su reloj astronómico de adorno, el Uhrenmuseum Winterthur presenta una obra maestra del arte relojero.

Estaba a punto de desaparecer. Pero el valle Muggiotal recordaba su pasado y ahora vuelve a disfrutar de un futuro como museo al aire libre.

Maienfeld en la Bündner Herrschaft fue la inspiración de la poetisa Johanna Spyri al escribir su novela sobre Heidi. En el Heidi-Dorf, la historia de esta pequeña niña huérfana, alegre y amante de la naturaleza cobra vida en cada uno de los lugares originales descritos en la novela.

Una mirada entre bastidores en el Instituto Paul Scherrer.

Uno de los museos de ciencias naturales más modernos de Europa.